El amanecer del planeta de los simios: Un camino solo de ida

Por Javi DC

El amanecer del planeta de los simios: Un camino solo de ida

Es una saga que camina con pies de plomo. Sus creadores sabían que jugaban con fuego intentando emular el éxito de las antiguas películas protagonizadas por Charlton Heston, pero parece que están tocando la tecla correcta.

El otro día hablé por teléfono con mi padre y a mi pregunta habitual de "¿qué haces?", su respuesta fue: "viendo una de monos". Después de reírme, y una vez terminada la conversación, me di cuenta que en el fondo mi padre tenía razón. El cine "de monos" está a pocas películas de convertirse en un género cinematográfico por si solo, porque ya van unas cuantas películas con simios de protagonistas que arrastran a los espectadores a las salas de cine. Pero hoy no voy a hablar de esta reflexión.

Hoy os cuento por qué me ha gustado El Amanecer del Planeta de los Simios.

No soy nada fan de las antiguas películas de esta saga que tan popular hicieron a Charlton Heston en sus mejores años de pecho palomo. Las he visto todas y no me hacen gracia, ni siquiera me hacen pensar al final. Es un espectáculo demasiado simple para el espectador de hoy, que no quita que en su día fueran aunténticos fenómenos de masas y la gente lo flipara con ellas. Pero para mí, han envejecido mal. Igual de mal que esos famosos que se operan y parecen señoras mayores. Luego vino esa peli extraña y atípica de mi NADA querido Tim Burton, que POR UNA VEZ se dejó guiar por las indicaciones del estudio que le contrató y filmó una gran version del planeta de los simios. Y creo que gracias al buen sabor de boca que me dejó ésta, me atreví a ver hace unos años El Origen del Planeta de los Simios, con el siempre infumable James Franco a la cabeza.

Pero esta peli si me gustó. Me pareció más verosimil que el resto, en las que al final te quedas con cara de tonto sin saber muy bien como ha aparecido la estatua de la libertad en la orilla de la playa, y lo peor de todo es que ni te interesa saberlo. Me gustó ver como los guionistas se curraron una historia detrás del líder simio, con la grandiosa actuación y humanización del hombre detrás de Gollum: Andy Serkins. Y me gustó sobre todo como mantienen ese hilo que une la ciencia ficción con el "podría pasar". Todo ese regusto de algo bien hecho, me llevó a ver la segunda parte de esta nueva saga: El amanecer del Planeta de los Simios.  

La historia nos cuenta como el líder mono, Cesar, ha conseguido formar una colonia de todo tipo de simios a las afueras de San Francisco. Mientras, el mundo de los hombres se ha desmoronado debido a un virus animal que no han sabido controlar. Al igual que los monos, una pequeña colonia de hombres y mujeres inmunes al virus, sobreviven en el centro de la ciudad del Golder Gate sin energía y con los recursos a punto de agotarse. Además, saben que los monos están cerca y pueden ser una amenza en algún momento.

Pero los monos viven tranquilos. Cesar les ha enseñado que si quieren seguir viviendo en libertad deben respetarse entre ellos y estar unidos. Cosa que hacen, viviendo en comunidad y formando una pequeña-gran familia donde todos le hacen caso por ser su liberador. La otra norma fundamental de esta colonia de simios es no molestar a los hombres, ya que creen que así, estos no vendrán a quitarles lo que han construido.

La situación cambia cuando un pequeño grupo de humanos cruza la frontera del poblado simio en busca de la antigua presa de la ciudad, para conseguir energía suficiente para sobrevivir. Los monos se sienten amenazados y deciden demostrarles a los hombres que ahora tienen el control y que no van a quedarse quietos sin luchar, acción que llevará a un conflicto dificil de resolver para ambos.

El ritmo de narración mantiene al espectador en tensión durante gran parte de la película. Una gran ambientación y unos tiempos de escena perfectamente medidos hacen que en ningún momento de la película te aburras y pienses en si has apagado la luz del baño al irte. La historia en sí no se hace del todo previsible, y aunque en algunos momentos el argumento es un poco vulgar, está muy bien resulta.

A nivel técnico es impecable. Los primeros planos de los monos son brutrales. Sus miradas infunden un miedo tan real como la de cualquier humano. Las texturas y los colores están a un nivel que prácticamente sería imposible mejorar más. Los detalles de viento y lluvia sobre los simios demuestran que no han ido a lo fácil con los efectos, sino que los han llevado al límite. Y donde otras películas fracasan estrepitosamente, ésta triunfa.

Por último, el casting de actores, de esos que te suenan de otras pelis o series, defiende bien cada papel. Dejando al margen como estrella invitada a nuestro gran seguidor Gary Oldman, que siempre está bien haga lo que haga, los demás cumplen sin mayores complicaciones con la difícil tarea de verse eclipsados en todo momento por la genial interpretación de Andy Serkins como Cesar. Es una pena que no se den Oscars por actuaciones como ésta porque desde luego se lo merece. Los movimientos de simio mezclado con pinceladas de humano, sus gestos faciales, sus andares, su forma de mover las manos... Brillante.

En resumen, una película por encima de la media de las patrañas que estrenan últimamente y que al igual que pasó con los Batman de Chris Nolan, están convirtiendo a una vieja saga de cine de ciencia ficción en otra cosa mucho más visible y que tendrá seguro un mejor envejecimiento. Mi padre aún no la ha visto, pero seguro que cuando lo haga dirá que es otra más "de monos".

Enviar por WhatsApp

Este artículo lo ha escrito...

Javi DC

Javi Del Campo (Madrid, 1983). Criado entre Steven Spielberg y Los Héroes del Silencio, de alguna manera estaba destinado a caminar sobre esa pequeña linea que separa al mitómano del friki. Amante... Saber más...