Marta tiene un marcapasos

Marta tiene un marcapasos

El equipo de Glup Glup acude al musical homenaje al mítico grupo español, Hombres G. Os presentamos nuestra tróspida visión del espectáculo.

El 21 de Noviembre me engañaron para ir a ver un musical de Hombres G. Vale, no fue engaño como tal, fue más bien compromiso. O mejor, fue una labor de cumplimiento del deber de amiga. Una de mis mejores amigas es fan. Pero fan fan. Fan de esas que hubieran sido grupies de haber nacido en la época hippie. Y claro, me miró con unos ojillos que me convenció, y al final fuimos dos convencidas y una fan. En el teatro Compac Gran Vía, a las ocho y media. Allí estábamos las tres, esperando en la puerta del teatro, con decenas de treinteañeros deseosos de recordar sus tiempos de juventud. Nos sentamos en el estresuelo (no hay dinero para la zona vip junto a Carmen Lomana) y comenzó el primer acto. Una voz en off y dos azafatas en el escenario, como si fuera un vuelo low cost. Y la primera canción, ambientada en un aeropuerto mejicano. Dos chavales, Ringo (Leo Rivera) y Nico (Marc Parejo), cantan "voy a pasármelo bien".

Hasta ahí todo normal. Gente cantando, bailando y riendo en un aeropuerto (lo típico, sobretodo en la T4 de Madrid), con música en directo y el público súper animado. Y entonces empieza todo. Aparece una playa, un chiringuito llamado Nassau, y diez chicos junto con diez chicas cantando. Y acto seguido aparece todo el elenco medio en pelotas, todos en bikini, brincando y saltando como locos. Pechos botando, ombligos moviéndose sin parar y montones de piel expuesta. Dudé si me había equivocado de espectáculo y estaba viendo "The Hole" pero suena ... "Io sono il capone della mafia. Io sono il figlio della mia mamma. Tu sei uno strozo di merda ¡JA! ¡JA! ¡JA!" Y no hay duda. Son los Hombres G con poca ropa. 


Tetas. Tetas. Tetas. Y alguna canción de Hombres G


Cualquier excusa era buena para enseñar tabletas de chocolate. Durante los dos actos, vimos bikinis y bañadores tostarse al calor de los focos y de un público muy entregado. He de decir que disfruté de las vistas porque escogieron un elenco masculino realmente de mi gusto. No eran Velencosos, pero estaban bastante potables. No tanto así las voces de las féminas. Marta (Claudia Longarte) y Belén (Gloria Aura), no estuvieron a la altura de los chicos, que fueron notablemente más rítmicos y menos empalagosos. 

La trama que hila las canciones del grupo español (ojo, que van spoilers) narra la historia de Marta, una adolescente con un marcapasos (qué bien traído) que viaja a conocer a su padre, exhippie y dueño de un chiringuito.  Marta se enamora de Nico, el camarero pagafantas, pero decide salir con Indiana, que como bien dijo Sean Connery, "Indiana es nombre de perro y no de persona". Los otros dos personajes, Ringo y Belén, van a tener esa tensión sexual no resuelta hasta que... Hasta que ocurre lo que no se esperaba. Una pelea por amor. Una muerte. Y hasta aquí puedo leer. 

Previsible, la historia es por y para recordar que los que la veíamos, éramos adolescentes hace unos años. Es como ver "Crepúsculo" con treinta palos, me sentí deshubicada y fuera de lugar. Al final acabé cantando como todos, y llorando por la desgracia de los protagonistas, tratando de mimetizarme con la gente que si era fan fan. Las canciones están tan hiladas como pueden estarlo en un musical para el que no han sido escritas, forzando la máquina con Venezia, o Indiana. siempre es un placer escuchar música en directo, y las coreografías son decentes, sobre todo las que son sin camisetas. Leo Rivera, y varios secundarios le dan chispa al guión, pero sigue siendo una historia de adolescentes y para adolescentes. Lo malo, es que falta la canción que da nombre al chiringuito. "Nassau, son las doce de la noche. Le quito la capota, enciendo el coche. Hace años que no llueve en las bahamas. Precisamente hoy le ha dado la gana". No entiendo que no pongan ese temazo, el mejor de su carrera...Pero no voy a opinar porque en realidad no soy fan y fui al musical por compromiso.

Lo que si espero es que esto de hacer musicales basándose en grupos de los 80, no se convierta en moda. Lo mismo en la gran vía madrileña vemos en unos meses un musical de vampiros con música de Duncan Dhu. O peor aún, sólo de Duncan Dhu.

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Este artículo lo ha escrito...

Anabel Palomares

Ana Belén Palomares (Madrid, 1986). Diplomada en fisioterapia, pero dedicada al mundo de la moda en una de la mayores cadenas de España, esta chica madrileña vive entre libros de cocina y discos... Saber más...