¿Cómo enfrentarte a tu primera boda?

¿Cómo enfrentarte a tu primera boda?

¿Cómo enfrentarte a tu primera boda?

Una de las etapas más duras de la vida, es cuando te acercas a la treintena (o ya estás en ella) y todos tus amigos, conocidos, colegas o familiares de tu misma edad se empiezan a casar a diestro y siniestro. Te tendrás que acostumbrar a ir a estos eventos uno tras otro, pero primer tendrás que perder la virginidad.

Si eres de las que vas a perder la virginidad de las bodas. Vuelve a leer, no hablamos de ese plan de despiporre cuando llegan las copas, hablamos de si eres una recién estrenada en el mundo bodil. 

Sí, porque es cumplir 30 y esas invitaciones escritas con caligrafía -primero a lápiz y luego a boli- con ilustraciones de Disney se convierten en sendos sobres de gran gramaje que te invitan a otro festín, a un bodorrio. Parece que lapso de tiempo no ha sido mucho y ya te ves de esa guisa, tacones, tocado, bolsito brilli-brilli y demás enseres propios de estos eventos de alto copete. Lejos quedaron las mediasnoches de mantequilla y chorizo para ser sustituidas por finuras tipo canapé de foie con reducción de naranja. Atenta a estas recomendaciones para adentrarte en esta fase de la vida.

No a los consejos de tu madre

A la frase “Mi amiga fulanita me ha invitado a su boda”  el madre translator entenderá “Quiero que seas mi consejera de outfit”o como diría una madre de “oooorfit”. Controla sus instintos porque puedes verte vestida de cómo cuando tu madre fue al última boda de joven. El rollo vintage es molón,pero…¡Cuidado!

Las madres pueden ir... muy a por todas, un estilo loco porque quieren parecer que “siguen controlando”. Resultado, te puedes ver vestida con un rollo muy tremendo. Está claro que llamarías la atención, pero tampoco es lo que buscamos.

También hay madres que recomiendan un rollo recatada, la opción no arriesgada. ¡Cuidado puedes y parecer la mujer de un interventor de Caja Duero mientras tus amigas parecen Barbies. 

Ceremonia

Se supone que es a lo que te han invitado, a ver a tus amigos cómo se prometen amor eterno.Con suerte es una ceremonia bonita donde logran contagiarte la emoción.

Sí, ha llegado el momento de ver cómo va vestida la novia y por supuesto, opinar con tus amigas sobre ello.

También hay ceremonias de las “Ha llamado al 91-1-7…” Sí, que lo único que cambia es el nombre de los novios y se convierten en una fase trámite para llegar al momento fiesta. 

Cuidado con el cóctel

Sí eres una recién estrenada en el mundo bodil no esperes sólo bebida en este momento, hay mucha comida. Por cierto, un minipunto al bodorrio si hay jamón. Te puedes volver loca a volovanes de boletus, minisalmorejos y mini cosas con nombres muy largos que los camareros te nombran cuando están con la bandeja a tu lado. Tú disimula haber entendido y sonríe, engulle de igual forma que si te hubieran dicho “Plastilina rosa con reducción de plastidecor con mojoncito encurtidos”. Cuidado porque luego viene lo gordo, la comida y te has llenado de minicositas y te puedes perder ese solomillo al grito “entre solomillo y solomillo beso de tornillo”.


A sentarse por fin

Llegó el momento mesa y tus pies te agradecen un poco descanso, por fin.  Aprovecha  la largura del mantel para descalzarte. Pierdes finura pero ganas en confortabilidad, eso es así. Ya son pocas las que calzan tacones, empiezan las alpargatas, esas bailarinas plegables que van guardadas en los minibolsos. Empieza la antesala de la degradación que se sufre en una boda.

Si los novios son majetes te habrán puesto con tus amigos. Pero puede que te haya tocado en la típica mesa “de sobras”. Esa que han hecho con la gente que no le cuadra en la distribución. En ese caso, las copitas de más del cóctel pueden ser grandes aliadas para sociabilizar con ese desconocido que le robas los cubiertos y el pan sin darte cuenta.

 

Llegó la fiesta

Se supone que todo lo anterior tenía sentido para llegar a este momento, el fiestón. Pero tienes más comida dentro de ti que en tu frigorífico en Navidad y ahora te toca bailar. Es duro, pero son las reglas del juego. Te advertimos para que sepas que estás en la fase “bolinga”. Supera la crisis de quererte arrinconar en el primer sofá y acompañar a los abuelos del novio o la novia. Es fácil, sólo déjate llevar por la primera canción chunga, únete a un trenecito y estarás en la fase fiestón.

Ya no importa tu maquillaje, ni tu peinado, ni siquiera tus tacones. Pisa ese suelo asqueroso copa en mano, no lo pienses y diviértete. Eso sí, cuidado con los móviles hacen fotos muy traicioneras a tu “look disaster”. Estarás en la fase degradación máxima. Al día siguiente puede que amanezcas etiquetada y ya nadie comentará qué mona como en la foto que te hiciste al principio de la boda en tu Instagram.

 

Día Siguiente

Prepárate para perder este día, no existirá en el calendario. Al contrario de los años bisiestos, por cada boda, desaparece un día. Al despertar verás tu ropa que con tanto cuidado has escogido convertida en un moñigo absoluto a los pies de tu cama. Aunque fuera de una gran marca, ya siempre será de Primark. Ella está como tú. De hecho no sabes ni cómo llegaste a tu cama. No importa. Despierta y eres un fantasma de la chica mona que fuiste a la boda.

No queda ni rastro de ella, ahora estás con tu pijama pelotillero y con tu pelo fregona: Lo bueno que no serás capaz de enfocar el espejo tu imagen de degradación. Lo mejor, quedarte en casa y meter los pies en agua porque llevar tacones duele. Tarea de este día: disfrutar de las fotos que tienen en tu móvil y comentarlo todo por whatsApp. Como en el caso de cómo llegaste a la cama, ocurre lo mismo, no recuerdas quién las hizo. Borra las que te puedan comprometer. Ayer parecían más divertidas. No te asustes por las notificaciones de tus redes sociales. Sí, hay gente que te hace fotos y te etiqueta. ¡Y en ocasiones les odias!

 

¡Enhorabuena!

Has desbloqueado el certificado de tu primera boda. Lo sentimos, estás en la edad y vendrán muchas más y tu bolsillo se resentirá. No pienses lo que podrías viajar con ese dinero. Recuerda son La Alfombra Roja de los plebeyos, luce tus mejores galas, alégrate por el amor ajeno, come y bebe como si no hubiera un mañana y disfruta de cada fiestón. 

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Este artículo lo ha escrito...

Myriam González de Prado

Myriam González de Prado (Madrid,1981). Estudió Publicidad, pero como quería tener un mejor futuro, pasó de las ingenierias y decidió estudiar Periodismo. Con dos licenciaturas, prefiere... Saber más...